Lo que me ha impulsado a progresar en este campo es mi pasión por ello.
Mi punto de vista sobre la naturaleza humana tiene una gran influencia en mi filosofía personal de asesoramiento. Siendo la primera generación en este país, creo que cada ser humano debe ser respetado por lo que es y creo que es importante creer que cualquiera es capaz de lograr cualquier cosa que se proponga. Si las personas constantemente se recuerdan a sí mismas que hay un significado detrás de cada aspecto de sus vidas, tienen una mayor sensación de ser. También es importante recordar que tenemos elecciones y opciones; no necesitamos estar sujetos a las ideas o valores que la sociedad ha establecido. Creo que en algún punto, todos enfrentamos un momento oscuro y en lugar de pensar que estamos enterrados, la terapia puede ayudarnos a ver que acabamos de plantar y nos estamos preparando para florecer. Creo que la cultura es un ingrediente dominante en la configuración de nuestros valores y moral; por lo tanto, me aseguro de que se explore e incorpore la cultura de cada cliente a lo largo del recorrido terapéutico para ayudar al cliente a obtener una comprensión más profunda de quiénes son.